Streamer virtual
Hirashinshin
"Dios le da sus peores shows a sus mejores payasos"
Lirien Hirashi, era una imponente elfa, cuyos 233 años no hacían más que fortalecer su estatus como una guerrera formidable. Vivía en el corazón del Bosque Areum, un lugar mágico donde los elfos y otras criaturas místicas coexistían, aunque siempre bajo la sombra de una guerra sin fin con los humanos. Esta guerra, había destrozado tanto su hogar como su corazón.La guerra entre elfos y humanos había comenzado por territorios, pero con el tiempo se convirtió en una lucha por la supervivencia de ambas razas. Hira, junto a su fiel amigo Tanjiro, peleó incansablemente, defendiendo su tierra. Tanjiro, siempre astuto y valiente, ideó un plan desesperado cuando se dieron cuenta de que estaban perdiendo la guerra. El enemigo había lanzado una emboscada nocturna, y los elfos estaban siendo diezmados. Kydan, un humano oscuro y despiadado, lideraba el ataque, montado sobre su dragón cambiaforma, Firevil, una bestia aterradora que escupía fuego y destrucción."¡No hay tiempo!", gritó Tanjiro mientras creaba un portal con las pocas fuerzas mágicas que le quedaban. "Hira, tienes que irte. Si te quedas, todo habrá sido en vano.""No puedo dejarte aquí", respondió Hira con lágrimas en los ojos. A pesar de su carácter fuerte y su odio por los humanos, Tanjiro era su hermano en armas, su compañero más cercano."¡Hazlo, por Areum!" Tanjiro empujó a Hira al portal, sacrificándose para que ella pudiera escapar. La oscuridad del portal la envolvió mientras el fuego del dragón iluminaba la última imagen de su amigo luchando hasta el final.El portal la llevó lejos, a un mundo completamente diferente. Los árboles y montañas del Bosque Areum se desvanecieron, reemplazados por ciudades humanas y un ambiente extraño y silencioso. Exhausta y herida, Hira cayó en un profundo sueño, uno que duraría 5,000 años.Kiwi, un hada pequeña pero decidida, juró protegerla durante todo ese tiempo. Cuando Hira despertó, el mundo que conocía había desaparecido. No podía volver a su hogar, y su odio hacia los humanos solo se había intensificado. Pero en este nuevo mundo, no estaba sola. Kiwi seguía a su lado.A lo lejos, entre los ecos distantes de su memoria, aún podía escuchar los gruñidos juguetones de Erzhon, su travieso perro, y los suaves ronroneos de Fard, el gatonejo waton de Tanjiro. Ambos habían sido más que simples compañeros en el Bosque Areum; eran parte de su familia, un recuerdo cálido en medio de la frialdad de su exilio.Decidida a vengarse de Kydan, aunque ahora no tenía forma de regresar, Hira comenzó a aprender sobre el mundo humano. Se volvió astuta y peligrosa, usando su naturaleza escurridiza para sobrevivir. Sus encuentros con los humanos no hacían más que aumentar su desdén hacia ellos, especialmente hacia los hombres.La ironía la golpeaba a menudo, especialmente al conocer a David, un militar humano con la cabeza rapada que se cruzaba en su camino más veces de las que ella consideraba necesarias. Pero algo en él era distinto, una chispa de desafío y quizás, solo quizás, una amistad.El mundo había cambiado, pero el deseo de Hira seguía siendo el mismo: destruir a Kydan y vengar a su gente. Aunque no podía volver al Bosque Areum, haría todo lo posible por honrar la memoria de sus amigos caídos y proteger a los que todavía quedaban a su lado.







